Este blog nació de una necesidad, la necesidad de huir, de sentir, de experimentar, de no estar anclados a una tierra cual árboles sin posibilidades de movimiento.

El humano ha sido nómada hasta el descubrimiento de la agricultura, cuándo pudo empezar a proporcionarse alimento de una manera estable en un sitio concreto.

Todo ha tenido mucho sentido y ha sido una gran estrategia de supervivencia. Hasta el momento en que las necesidades están cubiertas y el humano tiende a crearse una rutina aplastante y enraiza por cuestiones sentimentales y emocionales que no todos compartimos al cien por ciento.

Los habemos desarraigados, nómadas, apátridas, volátiles, cambiantes, con necesidad de aprender, con necesidad de experimentar, con amor por construir una burbuja que flote en el aire y sea arrastrada por el viento llevándonos a distintos sitios, para conocer distintas comidas, distintos lugares, distintas formas de vida.

La supervivencia ya no depende de que uno tenga su pequeña tierra y plante sus verduras, la supervivencia está algo más dada por sentado. Hemos tenido la suerte de no tener que luchar tanto por ella como algunos de nuestros antepasados. 

¿Por qué entonces debemos enraizarnos?, ¿porque debemos vivir como si cada día tuviéramos que construir un poblado entero, una vez que el poblado ya está construido?.

Somos una familia de cuatro. Dos niños nos han aumentado el lote inicial. Somos felices. Somos apátridas. Tenemos varias nacionalidades. Preferimos las alas a las raíces. Viajamos por trabajo, viajamos por negocios, viajamos con gusto, viajamos por ocio.

Durante algunos años nos establecimos en mi ciudad natal. Fueron años estupendos de disfrutar de los abuelos, del amor, de las emociones, de la ayuda… del poblado. 

Sin embargo en nosotros siempre hubo una necesidad que no conseguíamos acallar. Sentíamos que teníamos que volver a viajar como antes de tener niños, volver a vivir otras experiencias, seguir abriendo la mente al mundo entero.

Hubo intentos fallidos de hacerlo en diversas ocasiones: buscamos una tierra distinta a la que dirigirnos. Pero al fin y al cabo, no dejaría de ser una tierra, otra tierra, pero una única tierra.

Al final la suerte nos sonrió de mano del trabajo, mi marido aceptó un puesto en el que necesariamente teníamos que viajar, varios meses enteros al año acordamos ser desplazados para poder seguir ganándonos el pan. 

Y desde entonces así andamos, con la casa a cuestas, como un caracol con poco equipaje, yendo a los sitios donde nos mandan sin necesidad de comprar una casa.

Queremos contaros nuestras aventuras, los problemas que hemos tenido, nuestros aciertos. Queremos que si alguno de vosotros está a medio camino en esta decisión, tengáis un ejemplo más del que agarraros.

Aquí vais a encontrar desde historias sobre nuestros alojamientos, los sitios donde comamos, los museos que visitemos, las experiencias destacables… hasta el currículum y los progresos que hacemos mientras nos aventuramos en la educación on line, variedad de la educación muy poco apreciada en España, pero que puede resultar muy fructuosa a medio largo plazo. 

Gracias por seguirnos, gracias por quedaros en la distancia con nosotros.


De mochilas y manuscritos

Take that journey. Lánzate.